Abrázame, acaríciame, despacio, no dejes ningún recoveco de mi desnudez sin ser palpado. Una vez que conozcas cada subida, cada bajada, bésame, muérdeme, golpéame con violencia, apuñalame, bebe la sangre, que ha borbotones sale de mi entreabierta boca, moribunda.
Gritame las cosas más soeces que pasen por tu sucia mente, blasfema sobre mi, mi familia, mi religión y mi cultura. Quitame la piel, despedazame, quemame.
Reduceme al mínimo exponente.
Y entonces, quiéreme, bésame.
Ha de amar, del verbo haber. Gracias.
ResponderEliminar